Martin Armando Rivera Serna

Martin Armando Rivera Serna was born on September 14, 1963, in the small town of Santa Ana, Sonora, Mexico. He was the fourth of six children born to José María Rivera and María Elisa Serna. His father worked humbly on a ranch, while his mother devoted her life to raising their family at home. 

From a young age, Martin helped support his family, showing the strong sense of responsibility that would define much of his life. As he grew older, he made the courageous decision to leave home and pursue a new life in the United States. He built his life here working in roofing, a trade that reflected both his work ethic and resilience. 

In time, he met the love of his life, Carmen Leticia Ruiz. Together they built a family, raising three children and later becoming proud grandparents to two beautiful grandchildren. 

Martin was a storyteller, an adventurer, and someone who left a lasting impression on everyone he met. The stories he shared and the ones we carry about him are countless and unforgettable. 

It is with a heavy heart that I say his story has come to an end. But his spirit will live on in the hearts of his wife, children, grandchildren, siblings, nieces and nephews, friends, and even Zeus, his loyal dog. 

This isn’t goodbye. One day, we’ll all be together again, sharing laughs, telling stories, and raising a glass with him. 

Rest in peace, Dad. Save a drink for us.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Martin Armando Rivera Serna nació el 14 de septiembre de 1963 en el pequeño pueblo de Santa Ana, Sonora, México. Fue el cuarto de seis hijos de José María Rivera y María Elisa Serna. Su padre trabajaba humildemente en un rancho, mientras su madre se dedicaba por completo a criar a la familia en casa. 

Desde muy joven, Martin ayudó a su familia con los gastos, mostrando ese sentido de responsabilidad que lo acompañó toda la vida. Con el tiempo, tomó la valiente decisión de dejar su hogar y venir a Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Aquí construyó su vida trabajando en la industria del techado, un oficio que reflejaba tanto su ética de trabajo como su fortaleza. 

Eventualmente conoció al amor de su vida, Carmen Leticia Ruiz. Juntos formaron una familia, criando a tres hijos y convirtiéndose más tarde en orgullosos abuelos de dos hermosos nietos. 

Martin era un contador de historias, un aventurero, y alguien que dejaba huella en todos los que lo conocían. Las historias que él contaba y las que llevamos con nosotros sobre él, son incontables e inolvidables. 

Con el corazón lleno de dolor, reconozco que su historia ha llegado a su fin. Pero su espíritu vivirá en los corazones de su esposa, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, amigos, y también de Zeus, su fiel perrito. 

Esto no es un adiós. Algún día nos volveremos a reunir, compartiendo risas, contando historias y levantando una copa a su lado. 

Descansa en paz, papá. Guárdanos un trago.